Aquel libro que leíste cuando tenias veinte años, que te atreviste a subrayarlo con lapiceras de colores, donde habías escrito comentarios al pie de sus páginas, y que entusiasmada luego de leerlo, tras el capítulo final también dejaste tu opinión en la contratapa, plasmando lo que te inspiró, lo que te hizo sentir! Esa sensación tan especial, que había despertado en tí como consecuencia destilada de la lectura, al igual que el vino después de machacar la uva y dejarla reposar, surge algo exquisito, que alimenta el cuerpo y el alma!
Ese libro que pensaste que era tuyo, hasta que lo prestaste y nunca más volvió, porque seguiría viaje de mano en mano, aunque no tuviera permiso para hacerlo.
¿Pero..., acaso se puede detener el viaje de un libro? ¿Quiénes somos para cortar su vuelo?
Volviendo a ese libro, que recordabas y añorabas como el primer amor, hoy por las vueltas de la vida, regresó a ti, cuando menos te lo esperabas, la misma edición, la que antes era nueva, y con las hojas blancas, ahora se le nota el paso del tiempo, como a ti. Está desgastado, con los cantos amarillos, se nota claramente que es un libro vaqueteado por haber sido muy leído, con algunas hojas dobladas, y el rastro de invisibles huellas de dedos que lo tocaron.
Al volver a verlo y tenerlo nuevamente en tus manos, vuelven aquellos recuerdos de todo lo que sentiste la primera vez que lo leíste. Cierras los ojos y te emocionas saboreando aquellas sensaciones olvidadas que te había despertado cada página, y lo mucho que te habia gustado. Hasta recuerdas lo joven que eras, con toda la vida por delante, que veías con tanta ilusión y ansias por descubrir el dia a dia.
Te pones a pensar en quien te habia regalado ese libro?, y una sonrisa se asoma a tus labios.
Y recuerdas que habías escrito impresiones de lo que te hicieron sentir sus palabras, y buscas esas páginas, para descubrir que están allí tus rúbricas, escritas como jeroglíficos del tiempo.
¡No lo puedes creer!
Inevitables lágrimas brotan como cascada de tus gastados ojos lectores, porque te das cuenta que es tú libro, el mismo que leíste hace tantos años y que luego de haber viajado probablemente por todo el mundo, quien sabe por cuántas manos, hoy retornó a ti, para contarte que tampoco te había olvidado, que fuiste también su primer amor al salir de la imprenta y libreria, que fueron tus manos las primeras que lo tocaron, que fueron tus ojos y tu corazón los primeros que sintieron algo por él al leerlo!
Hoy el destino los ha vuelto a reunir, y aunque parezca algo insignificante para mucha gente (que no lee), para tí es todo un acontecimiento!
Tu amado libro ha vuelto a casa, como esos trotamundos que se van de viaje, pero que saben que el hogar está ahí, esperando, que tú eres su familia incondicional, y que si lo quieres volver a leer, es incondicionalmente un libro abierto para ti 📖💕!
¡Volver a empezar, volver a leer, volver a sentir!
Shantal
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