Por lo general vamos por
la vida rápido y con prisa, en estado autómata.
Pero a veces nos pasan
cosas que nos mueven por dentro, y nos hacen sentir ciertas emociones que sacuden nuestra
calma como agua de mar, con olas y todo, que nos desbordan, haciéndonos
sentir indefensos, inestables, a punto de explotar en lágrimas, siendo esa agua
que se desborda, producto de la revolucion que sentimos internamente, y que ignorábamos
tener.
Por eso pienso que somos
agua dulce de rio en los momentos de tranquilidad, y agua salada de mar en los que estallan
las olas de la tormenta que nos sobresaltan y hacen sentir que nuestro barco navega
en un océano de mucha profundidad, donde todo puede pasar, el peligro acecha, y el temor aumenta, haciéndonos sentir vulnerables.
Shantal
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